El tiempo entre costuras

Hoy se estrena el último capítulo de El tiempo entre costuras, la adapción de la novela homónima de María Dueñas. Hasta el momento ha registrado más de 5M de espectadores convirtiéndose en el mejor estreno de la cadena de TV desde hace doce años.

Este éxito se ha producido entre los amantes de la costura y los no tan amantes ya que la venta de máquinas de coser se ha incrementado un 135%, según Amazon el mayor pico de ventas se registra los lunes por la noche en horario de emisión de la serie.

La protagonista Sira Quiroga es una joven modista que abandona Madrid por amor pero cuando las cosas se complican se ve obligada a fundar un taller de alta costura en el mismo Tetuán. Y es la costura lo que ayuda a Sira a seguir adelante, creo que muchos seguidores de la serie se ven reflejados en la protagonista en estos momentos de crisis y por ello se han decidido a comprar una máquina y recuperar oficios que se estaban perdiendo.

La serie ha vuelto a poner de moda el oficio de modista, al que se dedicaban muchas de nuestras bisabuelas, abuelas o madres. En el taller de Sira trabajan con máquinas Singer, seguro que muchos de vosotros habeis visto alguna vez una muy parecida por casa, hace unos meses publiqué unas fotos de esta joya que aún conservo.

No solo la producción de la serie tiene una calidad excelente sino la calidad del vestuario ha ayudado al éxito de la serie.

Hoy podemos tener  nuestro armario lleno de vestidos gracias a la industrialización textil y el abaratamiento de la prenda final, pero hace no muchas décadas nuestras abuelas acudían a la modista de la ciudad para encargar dos vestidos al año, alguno más si la economía del hogar lo permitía. Me alegra que volvamos a la costura tradicional y valoremos el trabajo artesanal de las modistas, recordemos que una modista es la que corta, cose, plancha y prueba. Muchas de estas modistas se esconden detrás de nombres de grandes diseñadores, pero este tema ya lo abordaremos en otro post.

Ahora a disfrutar del último capítulo!